.:::ENTREVISTA PARA EQUIS MAGAZINE:::.

De vez en cuando gusta que tengan esta imagen sobre tí y tu trabajo. Tienes la ligera sensación de que algo estás haciendo bien, de que tanto trabajo está dando sus frutos y de que no sólo a tí te gusta el resultado.



"""Si la ‘Melancolía’ tuviera 2 dimensiones, sin duda sería un dibujo de Siscu Romero. Parece mentira cómo una persona que transmite tanta ‘luz’ en persona pueda tener un interior tan oscuramente visceral como muestra Siscu en su obra. Es quizá este binomio el que mejor define su obra: la tristeza a través un icono insultantemente alegre como es el dibujo infantil.


De origen catalán (Barcelona, 1980), Siscu Romero es casi (coñas a parte) un artista del Renacimiento como quedan pocos: actor ocasional, bailarín de corazón e ilustrador de profesión. A caballo entre la todopoderosa Disney, la tragicomedia de Tim Burton y las gordas de Botero, el Universo propuesto por Siscu te envuelve como la mirada de un cartel de Intermón Oxfam. Expliquémonos, pues. Los personajes de Siscu te miran con la indefensión de un niño tercemundista. Ahora bien, las princesas y niños ‘bien’ de Siscu Romero no están despavoridos ante el mundo, todo lo contrario, se recrean en su tristeza.

Y es que precisamente a través de la tristeza y la melancolía el discurso artístico de Siscu cobra sentido. ‘Es sólo en el papel donde suelto toda la mierda que llevo dentro’, sentencia el autor. Brutally honest.




‘Quien más te quiere, te hará sufrir’, que decían las abuelas antaño. Siscu Romero parece tenerlo claro. Cada uno de sus dibujos perfila episodios autobiográficos con el amor, como hilo conductor. El amor en estado más sangrante (de color azul, en el caso de la sangre de sus princesas…), el amor que sale de dentro, de la boca del estómago, que no permite llorar, ni respirar. Episodios esporádicos, para obras no tan efímeras. Por suerte.


Pero lo mejor de Siscu Romero está aún por llegar. Y es que es uno de los artistas más maleables de su generación. Está en pleno proceso de (re-)construcción permanente. Y sin duda, el producto final será bueno, tanto, que ni él mismo aún lo sabe."""


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